#1 respuesta
El tejido es un lenguaje antiguo, pero en tu trabajo se convierte en un medio expresivo contemporáneo. ¿Cuándo te diste cuenta de que el hilo y el telar serían tu herramienta de búsqueda artística?
Hubiera querido ser escritora, el ser humano es lo que más me interesa. Pero para escribir se necesita talento y conocimiento, la pasión no es suficiente. Las alfombras y los tapices siempre han contado historias y yo tenía una herramienta a mi disposición. Mi trabajo principal consiste en escribir en el tapiz la historia de mi cliente. Es una especie de retrato que le hago, como se hacía con la pintura o la fotografía: lo conozco, me cuenta su historia, yo escribo toda la información que puedo recopilar, vuelvo a casa, analizo el relato, lo reduzco a símbolos y lo hago tejer. Es un trabajo de seis manos, el cliente que ofrece el contenido de la obra, yo que lo traduzco y la tejedora que lo ejecuta.
#2 respuesta
Tu trabajo se mueve entre la abstracción y la materia, entre el gesto y la estructura. ¿Un proyecto textil tuyo nace del material, del concepto o del diseño?
Me gustaría responder que nace del material, pero no es así. Nace definitivamente del concepto: al no tratarse de un mero producto u objeto de diseño, la obra debe comenzar con un mensaje potente. Si no tuviera un mensaje que transmitir, ya sea de origen ético, filosófico, político o ecológico, por más pequeño que sea mi punto de vista, la obra no se crearía. Lo siento como un deber, si no tengo nada que decir, no digo nada, el trabajo no puede existir.