La pandemia a escala mundial a la que hemos tenido que enfrentarnos en el último año ha sido completamente inesperada. Para hacer frente a la infección, muchos países han obligado a la gente a llevar máscaras en los lugares públicos. Uno de los problemas que ha surgido a raíz de esta orden es la dificultad de reciclar las mascarillas desechables
Puf modular en forma de iceberg. Nueva vida para las máscaras desechables recogidas en las calles
El proyecto "Couch-19", firmado por el Atelier Tobia Zambotti, pone de manifiesto, de forma creativa, el problema de la contaminación debida a la eliminación incorrecta de mascarillas desechables que, al ser residuos médicos, no pueden reciclarse de forma convencional
De hecho, las mascarillas, al ser residuos médicos desechables, sólo pueden eliminarse por incineración, lo que provoca una gran cantidad de gases tóxicos y contribuye al calentamiento global. La alternativa es que no se eliminen adecuadamente y acaben en el suelo, contaminando y desfigurando el medio ambiente
El proyecto "Couch-19" trata de resolver este problema, implicando a los habitantes de Pergine Valsugana y Trento y pidiéndoles que recojan las máscaras dispersas. En poco tiempo, se recogieron varios metros cúbicos de máscaras blancas y azules, que luego se higienizaron y se convirtieron en un inusual relleno para el puf modular de PVC transparente.
El color final es un color "glacial", debido al color de las máscaras blancas y azules, que junto con la forma irregular del puf, crean un objeto de mobiliario experimental que recuerda las características formales de los icebergs, uno de los símbolos más icónicos del calentamiento global
Galeria
Créditos Fotográficos
Imagen de portada, imagenes artículo y gallery: Raffaele Merler