Casa PF desvía su mirada hacia el interior, resguardando un espacio vital atemporal e inconexo

Casa PF es una pequeña vivienda ubicada en la zona sur de la ciudad de Morelia, capital del estado mexicano de Michoacán; se encuentra dentro de la gran parcela de "cotos" populares, urbanizaciones privadas que representan una fórmula de desarrollo habitacional de los últimos años en respuesta a la ola de inseguridad que azota a la ciudad. La casa diseñada por Infantes Arquitectos, rodeada únicamente por otras viviendas, intenta resolver este problema ofreciendo una sensación de serenidad y silencio y una perspectiva prácticamente ajena al exterior que se refugia en su interior

La distribución interior de la casa consta de dos niveles. La planta baja, al tener una anchura limitada, optimiza el espacio, reduce el número de paredes y crea un espacio libre que, aunque cuenta con zonas bien definidas, puede readaptarse en función de las necesidades del usuario. El cliente desea un estudio que garantice la privacidad, alejado de la zona social, pero en el que se pueda encontrar una cierta armonía sensorial; en el diseño arquitectónico, este espacio se sitúa en primer plano, prácticamente aislado, excepto por la vista del patio interior que proporciona iluminación y ventilación

Esta disposición invita a los arquitectos a crear una estructura de doble altura en la zona social que la dota de más luz natural; para gestionar la incidencia de la luz solar, un parasol de madera filtra la luz que penetra en el interior sin empañarlo y crea una atmósfera de amplitud, cambio de escala y tono según la hora del día. En la parte trasera hay otro patio que puede incorporarse a la casa en función de las necesidades, sobre todo para favorecer la ventilación y permitir una conexión privada con el exterior

La planta superior alberga la zona privada; al subir las escaleras, el espacio se comprime horizontalmente y luego recupera la doble altura que une los dos niveles. Hay dos habitaciones dobles secundarias para los hijos de la pareja y una principal para los propietarios que goza de mayor extensión. El salón principal da a la fachada de la casa y, desde la terraza semicubierta, uno de sus lados tiene vistas hacia el vecindario. En esta zona de la casa, una pared-pantalla limita las miradas de los vecinos, propiciando la intimidad, pero un orificio en la estructura permite ver el cielo y deja entrar la luz necesaria para que crezca la vegetación presente en el espacio. Otra abertura enmarca la vista de parte de la ciudad con el volcán Cerro del Quinceo al fondo. Estos sencillos gestos ocultan lo que no es necesario, cediendo el paso a lo que influye en la vida cotidiana de habitar un espacio