Casa Tejida, el paraíso donde las nubes vienen a desayunar

Casa Tejida es una casa permeable al exterior, con una pared de tejido de fibras naturales, construida a mano pero en gran parte prefabricada y ensamblable en cualquier lugar por cualquier persona; es un lugar en el que se ha racionalizado la vida para construir lo menos posible y dejar espacio a la vida y a la naturaleza

En una comunidad rural aislada de la región de Cundinamarca, en Colombia, a pocos kilómetros de Bogotá, donde la morfología del terreno ha permitido una preciosa biodiversidad y una tradición comunitaria protegida y, por tanto, todavía fuerte, los arquitectos de Zuloark llevan a cabo este experimento arquitectónico que pretende unir la cultura local y enriquecerla aportando nuevas formas de concebir la vida y la construcción

Las construcciones de madera no tienen una gran tradición en la zona, donde se ven sobre todo como viviendas pobres, pero en realidad garantizan el menor impacto en el medio ambiente, y el equipo de Zuloark, que vive en la comunidad durante los seis meses de trabajo de construcción de la casa de Tejida, intenta educar a la población hacia este enfoque sostenible implicando a la comunidad en un proceso de diseño y construcción participativo y abierto

Por otra parte, Zuloark aprovecha las técnicas constructivas, la artesanía y los materiales locales, como cuando de camino a Bogotá al lugar del proyecto, conocen por casualidad a María, que vende muebles y tejidos de fibras naturales: junto con ella han trabajado en la adaptación de las técnicas de tejedura a un elemento de construcción, la fachada de Casa Tejida, innovando tanto la arquitectura como el trabajo de María

Una especie de inteligencia colectiva y aprendizaje mutuo entre los habitantes del paraíso que es la Vereda Fical en el municipio de Nocaima en Cundinamarca y el estudio Zuloark, que ha producido esta vivienda tan tradicional como rompedora. Hablando de romper moldes, "construir menos" es el lema de los arquitectos para salvar el medio ambiente, pensando de manera diferente, reduciendo la superficie construida, utilizando un suelo de madera que convierte cada rincón de la casa en un posible espacio habitable y eliminando pasillos, espacios de transición y tabiques. Y también, ya que el clima lo permite, desmaterializar las fachadas, creando una casa totalmente abierta al entorno, donde algunos días las nubes entran a primera hora de la mañana