El estudio convirtió parte de un almacén de más de 120 años situado en uno de los puertos más concurridos de Rotterdam. El espacio poco iluminado combinado con una fachada orientada al norte con pocas ventanas hizo que el proyecto girara en torno a la reapertura de las viejas ventanas
Loft en el corazón de Rotterdam. La vieja mampostería proporciona un telón de fondo para las nuevas estructuras materiales
Firm Architects da vida a un viejo almacén en el corazón de Rotterdam cuyo principal problema era reabrir las viejas ventanas para dar luz al loft. En el interior, las paredes de ladrillo forman un telón de fondo para nuevos niveles estructurales de madera, vidrio y metal
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Los arquitectos comenzaron su tarea arquitectónica investigando el máximo número y tamaño de posibles nuevas aperturas en la fachada. Después de asegurarse el derecho de abrir las antiguas aberturas de la fachada y añadir nuevas ventanas y puertas, se concibió la posibilidad de crear un espacio bien iluminado. Para mejorar esto, los arquitectos del estudio decidieron desconectar los nuevos interiores de las viejas paredes
Las viejas paredes de ladrillo tienen un doble propósito: crear un contraste arquitectónico y proporcionar espacio en el frente norte para que pase la luz del día. Además, añadieron espejos en las paredes de ambos niveles para mejorar este efecto
En el interior, el principio de sustraer lo nuevo de lo viejo crea un diálogo enriquecido entre el edificio original y su nueva función. Esto se refuerza con el uso de materiales técnicos en los nuevos interiores, como el revestimiento de aluminio y una cocina de acero inoxidable. Los paneles de madera forman un volumen que abraza el gran espacio central y garantiza una acústica perfecta para una oficina