Después del incendio que afectó a la iglesia del pueblo de Våler, en Noruega, se convoca un concurso para su reconstrucción. El nuevo proyecto de una iglesia de madera con cuatro ejes, recuerda a la antigua iglesia en forma de cruz.
En 2009, un incendio destruyó la antigua iglesia del siglo XIX, una pérdida muy significativa para la gente local, por lo que se convocó uno de los concursos más grandes de Noruega, ganado por el estudio de Espen Surnevik. La nueva iglesia se articula en cuatro ejes, norte, sur, este y oeste, recordando la iglesia en forma de cruz preexistente.
El tema principal de la nueva iglesia es el de la resurrección, reconstruyendo metafóricamente desde las cenizas del incendio. El tema también se manifiesta en varios elementos de diseño, gracias a la ayuda del artista Espen Dietrichson, especialmente a través del estudio de la entrada de la luz solar. La luz es la esperanza del renacimiento que se abre paso a través de la oscuridad.
El edificio está revestido con pinotea maciza, un material orgánico natural propio del paisaje forestal local, que con el paso del tiempo se vuelve cada vez más oscuro. Cíclicamente, cada 50 años, la fachada será sometida a tratamientos para aclararla, como símbolo de la resurrección de la iglesia después de su caída.
El edificio presenta formas geométricas rígidas. Las torres simbolizan los espacios litúrgicos principales, la sala de la iglesia y el baptisterio, que tienen una base común de cemento. La torre más alta se eleva a 24 metros, mientras que la otra a 12: ambas favorecen la entrada de luz natural en los interiores, revestidos completamente en contrachapado de abedul, material también utilizado en otros proyectos de arquitectura.
