Jardín de la Comunidad: la instalación que celebra la unidad de las culturas locales.

Una obra que encapsula la esencia de la comunidad

En el centro de Factory'ard en Veszprém, el corazón palpitante de la Capital Europea de la Cultura 2023, se encuentra un bosque en miniatura: 116 jóvenes árboles, cada uno guardado en una elegante maceta geométrica, se alzan representando los 116 municipios que participan en el programa.

Cada árbol cuenta una historia, llevando consigo el nombre de su municipio y, simbólicamente, los recuerdos y valores de esa comunidad, pero este proyecto no es solo una oda a la naturaleza y la cultura. Es una metáfora arquitectónica del poder de la cooperación. "Para cada municipio participante diseñamos una maceta única," explica Balázs Szelecsényi de Hello Wood, el arquitecto detrás de esta visión "Juntas, forman un Jardín de las Comunidades que promueve los valores eternos de la colaboración."

Una experiencia sensorial en el corazón de la ciudad

Caminando a través del Jardín de las Comunidades, los visitantes no solo exploran una escultura, sino un entorno vivo y en constante evolución. Los maceteros, con formas audaces y geométricas, contrastan con el exuberante verde de los árboles. El resultado es un espacio casi onírico, donde la naturaleza y la arquitectura se fusionan para crear una atmósfera mágica que invita a descubrir, reflexionar y detenerse.

Cada macetero, que contiene árboles autóctonos de la región, contribuye a crear una especie de jardín vertical que crecerá y se fortalecerá con el paso de las estaciones. Este microcosmos natural no está abandonado a su suerte: un sistema de riego automatizado cuida constantemente el crecimiento de las plantas, asegurando que cada árbol reciba el agua y el sol que necesita, tal como sucede en la naturaleza.

La historia en la madera y en el paisaje

El sitio elegido para el proyecto de arquitectura urbana está impregnado de historia. Durante más de 120 años, el área que ahora alberga el Jardín de las Comunidades fue hogar de una de las fábricas de muebles más grandes de la región. Hello Wood decidió rendir homenaje a este pasado con un toque especial: los maceteros están revestidos con madera de alerce recuperada del Palacio Drechsler de Budapest, recientemente restaurado. Esta madera, con casi 120 años de antigüedad, se convierte en un símbolo tangible del diálogo entre el pasado y el presente, entre lo que fue y lo que será.

Un futuro arraigado en el territorio

La instalación no está destinada a permanecer estática. Después de cuatro años, cada maceta será devuelta a su municipio de origen, y los árboles serán plantados en el suelo, para crecer como símbolos vivientes de la unidad alcanzada en 2023. Estos árboles, que hoy son jóvenes plantas, algún día se convertirán en majestuosos, arraigando en el paisaje el mensaje de colaboración y resiliencia que el Jardín de las Comunidades ha querido transmitir. Antes de eso, la instalación seguirá viviendo como un punto de referencia para quienes visitan Veszprém.

Una arquitectura que habla de conexión

El Jardín de las Comunidades nos recuerda que la arquitectura puede ser un medio poderoso para contar historias de unidad y esperanza. Un proyecto que entrelaza cultura, naturaleza y memoria histórica en una obra viva, destinada a dejar una marca duradera en las comunidades que representa.