ResetArchitecture transforma un granero de una finca histórica en el Museo Romano Halder, que alberga hallazgos arqueológicos, cuya arquitectura de reutilización adaptativa no reacciona a la historia de forma nostálgica o temática, sino que utiliza un enfoque más sensible al contexto
Halder fue un notable asentamiento en los Países Bajos donde se producía cerámica y metalistería en la época romana. El Museo Romano, cercano al yacimiento arqueológico, se encuentra en la finca Haanwiijk, del siglo XVII, en la hermosa zona natural del río Dommel, entre Eindhoven y Hertogenbosch
Una serie de bosques, campos y callejones proporcionan una tranquila atmósfera campestre alejada del entorno urbano, y el nuevo museo acentúa el valor social y la importancia histórica del lugar. El granero se transforma mediante una sencilla intervención arquitectónica: lo antiguo y lo nuevo se funden, pero siguen estando presentes visualmente
La planta baja está dividida en espacios de recepción y exposición, y la primera planta se utiliza como estudio para la investigación arqueológica. El nuevo volumen de madera es oblicuo al suelo, creando un efecto espacial sorprendente, un efecto óptico reforzado por una línea inclinada en la barandilla que ayuda a equilibrar la percepción de la perspectiva
Los cambios exteriores del granero son limitados: a excepción de la entrada señalizada, el resto del granero permanece intacto. El nuevo elemento más dominante es la delicada pared con acabado de madera. Las lamas de madera de álamo en tres dimensiones están dispuestas en un ritmo continuo, de modo que la estructura vertical que sostiene la barandilla queda fuera de la vista
La mayoría de los materiales son de origen biológico. El granero está aislado con lino en las paredes con marco de madera y acabado con yeso de arcilla. Sin embargo, el interior no se presenta como una arquitectura ecológica distintiva. El interior es un telón de fondo tranquilo y elegante para la exposición y un factor regular continuo del paisaje exterior
