La catástrofe natural y la Resiliencia Arquitectónica
En 2013, una imponente roca se desprendió de las laderas del Guncina en Bolzano, arrasando marginalmente el edificio previo, una casa tradicional con techo a dos aguas. Afortunadamente, durante este evento catastrófico, no hubo daños colaterales, y posteriormente, la zona fue asegurada.
De esta dramática experiencia surgió la inspiración para Villa Laura, que, al igual que la roca que se alzaba incrustada en el valle, busca conmemorar ese nefasto evento con un significado positivo, simbolizando la resiliencia y la posibilidad de seguir adelante.
El estudio de proyectos arquitectónicos Valentino Andriolo, con su visión, ha reescrito hábilmente la narrativa que rodeaba esa zona, otorgando al edificio la majestuosa forma de un imponente monolito con fachadas esculpidas de manera irregular y salientes. La fluidez entre la línea del techo y la superficie frontal se ha mantenido magistralmente mediante la eliminación de salientes, creando una sinergia armoniosa entre los elementos horizontales y verticales, entre el cielo y la tierra.