La composición de la iglesia, dos rectángulos que se tocan en la esquina, o la fachada con bandas de colores que proyectan luz desde el interior, identifican a la iglesia de San José como un edificio sencillo, pero reconocible
Simbolismo y abstracción atemporales evocados en la iglesia de San José
El diseño sencillo, pero reconocible, combinado con una sobria paleta de materiales sobrios, destinada a reforzar el simbolismo del edificio, configuran la iglesia de San José en Bagnolet, Francia
El tratamiento de la envolvente del edificio, con materiales como el vidrio transparente, la madera, los ladrillos de hormigón claro y el vidrio de color, confiere a la composición volumétrica una abstracción atemporal, reforzando el simbolismo del edificio
El espacio está modulado por la luz. Para crear el mobiliario y las vidrieras de este proyecto, enia architectes trabajó con un equipo de artesanos y artistas experimentados en el trabajo con materiales nobles. La vidriera, diseñada por Thierry Boissel, expresa el "Espacio de la Gloria", ampliando el espacio místico y de encuentro: la vidriera transforma y convierte la luz en una expresión de la atmósfera espiritual
En el interior de la iglesia, la luz se modula para acompañar la jerarquía de los espacios. El techo flota por encima de las paredes para permitir el paso de la luz, y el muro del coro se detiene en la frontera con la luz. El techo está perforado por claraboyas y las paredes están revestidas de 14 aberturas, que simbolizan un vía crucis de luz que nos atraviesa y calienta
El espacio articula una contradicción: la iglesia es un espacio público y un espacio místico. El espacio congregacional está cubierto de madera para dar cabida a la diversidad de la comunidad de Montigny y la parte posterior de la nave se abre al jardín para ampliar el espacio
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