Intervención destinada a la recuperación de un edificio de finales del siglo XIX. Los locales estaban destinados en parte a residencia y en parte a una almazara.
Recuperación residencial en Abruzzo. Lenguaje moderno para el edificio de finales del siglo XIX.
El Arquitecto Rocco Valentini realiza una intervención edilicia destinada a la recuperación de un edificio de finales del siglo XIX en Chieti, en Abruzzo. El nuevo volumen se distingue por el uso de un lenguaje arquitectónico moderno.
Durante los años ochenta del siglo pasado, se añadieron varios cuerpos de fábrica que de hecho incorporaron las estructuras originales, privándolas de luz y aire.
El propósito de la intervención fue devolver a la vida la casa con la demolición de las estructuras añadidas en los años ochenta. Los dos cuerpos de fábrica originales fueron conectados mediante la inserción de un nuevo volumen, un espacio bisagra, con funciones de entrada, pasillo y conexión vertical.
La estructura de conexión fue realizada en acero Corten y vidrio, inspirada en las formas de algunas máquinas utilizadas para la transformación de productos agrícolas a principios del siglo pasado, específicamente una antigua trilladora, máquina que separa el trigo de la paja. Introduce un elemento dinámico a la casa de campo de finales del siglo XIX, que podría parecer ajeno en forma al contexto histórico arquitectónico, pero evoca el antiguo paisaje rural abruzzese, armonizado en tonos cromáticos.
El nuevo volumen, comedor, añadido en el lado oeste, utiliza un lenguaje arquitectónico moderno, que contrasta claramente con la estructura del siglo XIX. Los cortes de luz en la parte superior separan las antiguas estructuras de las contemporáneas. Los colores de los materiales utilizados en el interior armonizan con el del acero corten: gres marrón oscuro para los suelos y madera de caoba para la escalera y pasarela.
El sistema de iluminación, utilizando dispositivos LED de luz cálida (3000 ° K), realza las tonalidades de los materiales utilizados. Los techos de ladrillo de los espacios antiguos, para resaltar el origen agrícola de la casa, se han dejado a la vista. Entrar en la caja de acero y vidrio es como atravesar un portal del tiempo, que a través de las tonalidades y los materiales, anticipa los edificios antiguos que conecta.
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