Los arquitectos Germán Rodriguez y Sergio Hidalgo construyen en Ñuñoa, Chile, una estructura de madera que recuerda a un templo, que alberga un centro de meditación donde se practica yoga. La luz se utiliza con conciencia en el diseño arquitectónico
Los arquitectos del Estudio DX Arquitectos, entre varios proyectos de arquitectura, diseñan este edificio inspirándose en la arquitectura del templo. Ashtanga Yoga Center se caracteriza por espacios cerrados silenciosos, brillantes, escasamente iluminados que apelan a la búsqueda del alma.
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La estructura está diseñada en relación a la luz, permitiéndola entrar e iluminar la habitación principal donde se lleva a cabo la disciplina práctica. La luz ilumina sin deslumbrar, y se piensa como una línea que divide la casa de la escuela, iluminando el salón principal desde abajo y queriendo infundir la sensación de que la habitación está suspendida en esta línea de luz.
La luz es una línea que narra el transcurrir del tiempo, las horas del día, las estaciones del año. Donde la luz entra es también donde el aire entra y sale, donde ocurre la respiración. La luz nos habla del paso del tiempo. Golpea los objetos mientras el tiempo fluye. Es a través de ella que somos conscientes del interminable transcurrir del tiempo, de su linealidad y de su naturaleza cíclica. No solo luz: también es necesaria la materia iluminada. Por lo tanto, también se deriva la importancia de la sombra.
Los diseñadores Germán Rodriguez y Sergio Hidalgo se inspiran en las formas simples, en el eco, en el aire, en el viento, en la luz del sol, en las formas del cuerpo que respiran, en los espacios que se llenan durante la práctica de la disciplina, esenciales para la mirada interior
