"Crossroads" de Gregory Orekhov, realizado en policarbonato pintado, es un puente, un paso de río peatonal que conecta los campos aparentemente interminables que lo bordean. Este objeto de arte paisajístico se encuentra en la región de Moscú, en la zona de Nikolina Gora. Con esta obra, el artista plantea la cuestión del comportamiento social, ético y medioambiental
El diseño nos recuerda la posibilidad de elegir: una "encrucijada" entre la naturaleza-vida y la catástrofe del capitalismo desenfrenado
El significado simbólico de "Crossroads" tiene que ver con la elección, un giro del destino que determina cuál será el camino en la vida. Es un lugar donde el espacio y el tiempo se entrelazan
El siglo XXI se ha enfrentado a graves problemas de edificación desenfrenada, que contradice los principios básicos del urbanismo y ha creado mucha controversia y descontento entre los vecinos. En aras de un desarrollo no ecológico de la economía, las autoridades permiten que se construya cada vez más terreno, destruyendo ilegalmente la naturaleza en aras del mero beneficio sin ningún juicio crítico o ético
"Crossroads" (es decir, encrucijada) es un intento de dirigir la atención del mundo a la conservación del patrimonio y de recordar a la gente que pueden elegir: Gregory Orekhov con su obra se sitúa en la encrucijada entre la brumosa quietud del mundo natural y una catástrofe inminente. El objeto se sitúa simbólicamente en la intersección de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar allí durante la Segunda Guerra Mundial y los que están por venir
Esta instalación no pretende ser una reflexión personal del artista, sino que se refiere a algo que cada uno de nosotros encuentra a diario. Se trata de la transformación desenfrenada del espacio, debido a la cual, el día de mañana, podríamos perder los lugares de la memoria, los edificios históricos, los bosques de abedules y los campos que se extienden hasta el infinito, todo ello sólo para satisfacer la maquinaria capitalista
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