Un largo lote de forma trapezoidal, en pendiente y con orientación oblicua respecto al mar, desafía la ingeniosidad de los arquitectos para construir la Bundle House. Como resultado, surge una villa de 350 metros cuadrados compuesta por nueve paralelepípedos de altura variable que abrazan la tierra, los árboles y la extensión azul del Mar Mediterráneo
Nomo Studio es un equipo de profesionales que se dedica a proyectos de arquitectura, urbanismo, diseño gráfico y de productos, además de investigaciones sociológicas. En 2023 se les encarga el proyecto de la Bundle House para la cual, a partir de la complejidad del territorio, logran obtener una composición arquitectónica estratégica que transforma la dificultad en oportunidades de diseño
La pendiente pronunciada del terreno es hábilmente ocupada por los nueve volúmenes que componen la villa; se entrelazan con los majestuosos árboles preexistentes y abren sus esquinas a impresionantes vistas al mar. En los jardines de Bundle House se encuentran íntimas zonas de relax diseñadas por las gradas que recorren el terreno siguiendo su forma. La continuidad entre los ambientes interiores y exteriores es absoluta, la tecnología innovadora utilizada para los cerramientos de esquina completamente abribles hace que el paisaje se convierta en parte del espacio interno
El corazón del edificio es el patio central cuadrado, con un lado de 6 metros; las áreas de estar de doble altura que dan a él reflejan la luz natural que captura y canaliza en la casa. Este espacio abierto, amueblado con un sofá integrado y sillones, tiene múltiples funciones: en verano permite una excelente ventilación natural y sombra; en invierno ofrece un espacio abierto pero protegido de los vientos. Separado del interior por dos ventanas angulares de altura completa, con apertura corredera, el patio puede fusionarse y convertirse en uno con el porche y la zona de estar
Los volúmenes de color arena claro de la Bundle House albergan en su interior una estructura compuesta por paredes de mampostería y delgadas columnas de metal, techos abovedados de cerámica y cemento dejados a la vista. Los suelos, que imitan el diseño de los techos, son de arenisca local y sirven como escenario neutral para la paleta suave y natural de los interiores. La riqueza de las texturas internas, entre arenisca, cerámica, granito y madera, contrasta con el minimalismo de los exteriores
Los espacios en la planta baja de la villa fluyen alrededor del patio; una escultural escalera de metal conduce al primer piso donde en lugar de pasillos se encuentran luminosas salas abiertas. Las habitaciones son amplias y aireadas, incluyen el espacio de los servicios con lavabos abiertos, espejos y cabinas de vidrio estriado para duchas y WC. Los armarios están cerrados con suaves cortinas, optimizando el espacio y suavizando el diseño. Externamente, una piscina tentacular se fusiona con la arquitectura y una extraña escalera volada, que añade un toque de fantasía, conduce a la terraza en la azotea que se extiende hacia el magnífico panorama.
