El célebre restaurante italiano Piatti está ubicado en un edificio de dos plantas. La planta baja alberga la entrada, la cocina, la sala de eventos privados y los baños. Al entrar y ascender por la escalera principal, los clientes descubren los comedores, la cocina y la terraza frente al mar. La planta principal del piso superior está dividida en tres espacios para comer, cada uno con su propio ambiente. Por otra parte, el bar se encuentra en el edificio original de piedra y ofrece un ambiente íntimo y acogedor en la penumbra
Remodelación del restaurante italiano Piatti de Montreal: texturas, materiales y colores transportan a los clientes a los sabores del Mediterráneo
Desde hace más de 15 años, Piatti ha sido una institución culinaria en la costa norte de Montreal. Ubicado en lo que antaño fue una pequeña residencia de piedra, el edificio fue ampliado hace varias décadas para albergar un espacio comercial más grande. Un devastador incendio obligó a reconstruir las partes dañadas y, a pesar de la tragedia, brindó la oportunidad de remodelar la obra
En la extensión más moderna del edificio se encuentra la zona gastronómica principal, donde las aberturas exteriores se han ampliado considerablemente, permitiendo la circulación directa a la terraza y aportando más luz natural al interior. Separada de este espacio principal por un tabique de cristal estriado, encontramos una sala íntima para ocasiones más exclusivas. La estética general diseñada por Ivy Studio tiene un marcado carácter contemporáneo, que contrasta intencionadamente con la decoración, inspirada en el diseño tradicional italiano: texturas, materiales y colores que proyectan a los huéspedes directamente al Mediterráneo
Un monumental horno de mármol verde de Saint-Denis se alza en el centro del restaurante, consagrando la reputación de Piatti por su amplia selección de pizzas. Enfrente, un mostrador curvo de madera teñida de negro funciona como superficie para comer. Al otro lado de la sala, una chicane verde pistacho enlucida a mano conduce al personal desde la zona de restauración hasta la cocina cerrada. A su derecha, un mueble tapizado en terciopelo color Siena flota frente a una pared de espejos, duplicando la profundidad del espacio. En el centro del suelo del vestíbulo, una incrustación de mármol estampado rompe la continuidad del roble natural.
Al atravesar las antiguas paredes de piedra y cruzar el umbral de mármol, se entra en la zona del bar. La estructura en forma de U del bar está revestida con paneles de roble ranurados verticalmente que soportan una encimera de travertino de 10 cm de grosor. En la parte superior, un botellero de acero cuelga suspendido, albergando docenas de botellas ocultas pero distinguibles a través del cristal retroiluminado. La iluminación perimetral empotrada en el techo resalta las paredes de piedra originales.
Casi todos los asientos del restaurante son sillas y taburetes clásicos de bistró, que se diferencian por el color y el material. Los taburetes de la barra están diseñados a medida y fabricados con el mismo acero, madera y terciopelo que el resto del restaurante
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