Una villa multifamiliar, rodeada de exuberante vegetación en Mariano Comense (Italia), que se eleva en tres niveles, incluyendo también un majestuoso invernadero. Cada piso ha sido diseñado para ser personalizado según las necesidades y gustos de los futuros residentes. El estudio de arquitectura Virginia Lorello ha estudiado las necesidades de los clientes hasta el más mínimo detalle para obtener un resultado funcional y de diseño, dividiendo la propiedad en apartamentos diferentes.
Para permitir la división del edificio en distintos apartamentos, se realizaron cuidadosos intervenciones arquitectónicas, incluyendo la creación de un nuevo hueco de escalera. Esta fase fue coordinada por el arquitecto Cappellini, quien también supervisó los cambios estéticos exteriores. El estudio arquitectónico Virginia Lorello se enfocó en la configuración y el mobiliario de los interiores, en estrecha colaboración con los clientes.
Destinado a la hija y su pareja, una joven pareja apasionada por el diseño esencial refinado e inspirado en la estética industrial, el apartamento en la planta baja representa un ejemplo de personalización y estilo.
La boiserie, elemento característico de la sala de estar, guía visualmente desde la puerta de entrada hasta el área de estar, integrando armoniosamente el espacio entre la chimenea y el área de televisión. Estos elementos no solo son estéticos, sino que también ocultan las diversas instalaciones, reduciendo su impacto visual.
Los materiales utilizados, como la piedra para el revestimiento de la chimenea y los acentos de roble, se seleccionaron por su homogeneidad estética y funcional, así como por sus propiedades técnicas, como la resistencia al fuego y a las manchas.
La cocina, en comunicación con la sala de estar, se abre al exterior y al invernadero a través de dos amplias aberturas. La isla central y las columnas de refrigerador/despensa delimitan el espacio, mientras que la madera de roble y la piedra contribuyen a crear una atmósfera armoniosa y acogedora.
El baño sigue la misma línea estilística del apartamento, con colores neutros y materiales coordinados. El desafío de diseño fue incorporar tanto una bañera como una ducha en el espacio disponible, manteniendo una estética agradable y una coherencia de volúmenes.
El dormitorio se ha creado transformando un antiguo porche exterior. El techo ha sido renovado y el uso predominante del blanco permite contrastes con tonalidades más oscuras, sin comprometer la armonía y la luminosidad del diseño.
La unidad habitacional ubicada en el primer piso se despliega desde una entrada que se fusiona armoniosamente con la sala de estar, doblando hacia una esquina de la cocina que da a un pequeño balcón interno, integrado en el invernadero. La cocina, caracterizada por un diseño lineal, combina funcionalidad y limpieza estética en cada detalle. El ambiente se ilumina gracias al color blanco de los frentes, mientras que la percepción de profundidad se acentúa mediante el hábil uso de las vetas de la madera. Elementos distintivos son los frentes con ángulos de 45°, inserciones de madera y manijas fresadas que crean un ritmo visual interrumpiendo la secuencia de los frentes. Estos detalles confieren a la cocina un carácter sofisticado, con un toque artesanal y sartorial.
El diseño a medida continúa en el baño, donde el lacado blanco y el uso de roble ligeramente oscurecido crean un juego de contrastes. Entre las superficies de roble, se insertan cajones con esquinas a 45° y cajoneras que también funcionan como bases visuales. El baño, ya realzado por la presencia de vidrio cemento y un techo inclinado con una elegante claraboya, se caracteriza por la alternancia de azulejos en diferentes tonalidades, creando un efecto global relajante y elegante.
El dormitorio también está definido por la estructura del techo a dos aguas con vigas de madera a la vista, pintadas de blanco, y por la claraboya que garantiza una abundante iluminación natural. Un armario de roble, en línea con los muebles de la cocina y el baño, destaca en el fondo, equilibrando la luminosidad del techo y las paredes. En este ambiente de estilo contemporáneo, encaja perfectamente una antigua tocador de familia, que sirve de nexo entre el pasado y esta nueva interpretación con un ligero toque rústico y acogedor.
En conclusión, este proyecto de villa multifamiliar es un excelente ejemplo de cómo la arquitectura, el diseño de interiores y la personalización pueden fusionarse para crear espacios únicos y a medida para cada habitante.
