Dos casas del árbol de Woodnest, en las empinadas colinas boscosas que rodean el fiordo Hardangerfjord
Dos casas del árbol de Woodnest, en las empinadas colinas boscosas que rodean el fiordo Hardangerfjord

Woodnest, dos refugios como nidos entre las ramas que miran hacia el horizonte.

Woodnest, dos casas en el árbol en las empinadas colinas boscosas alrededor del fiordo de Hardangerfjord. Un proyecto en el que la arquitectura es una respuesta específica a la topografía y a las condiciones del sitio en sí. Cada casa en el árbol está suspendida a 5-6m sobre el suelo del bosque y fijada con un collar de acero al tronco de un pino.

Un paseo que nos prepara para el refugio

El viaje hacia el sitio de Woodnest comienza con un pintoresco paseo de 20 minutos desde la ciudad de Odda, en el borde del fiordo, atravesando un bosque y recorriendo un empinado y sinuoso sendero. Este trayecto introduce al visitante a la filosofía de diseño, preparándolo gradualmente para sumergirse en una arquitectura que se fusiona perfectamente con el paisaje. Cada casa en el árbol es accesible a través de un pequeño puente de madera, que sirve como conexión entre el suelo y la estructura, acompañando al huésped en una experiencia de transición desde el espacio terrestre hasta la copa de los árboles centenarios. Este proyecto se encuentra entre los más sugerentes proyectos de arquitectura sostenible, donde la interacción entre la construcción y el entorno natural es un elemento fundamental.

Dos casas del árbol de Woodnest, en las empinadas colinas boscosas que rodean el fiordo Hardangerfjord

15 metros cuadrados albergan un diseño funcional

El espacio interior de cada unidad habitacional, diseñado por el estudio Helen & Hard, es de solo 15 metros cuadrados, pero está organizado con gran cuidado para garantizar comodidad y funcionalidad. En el centro del ambiente se encuentra el tronco del árbol, alrededor del cual se desarrollan los elementos arquitectónicos. Cada casa en el árbol ofrece cuatro camas, un baño, una zona de cocina y una sala de estar acogedora, todo distribuido de manera óptima para aprovechar al máximo cada centímetro disponible. Las amplias ventanas panorámicas permiten a los huéspedes sumergirse visualmente en el paisaje, brindando una vista única entre las copas de los árboles, con la mirada que se extiende hasta el fiordo debajo. Esta conexión entre el interior y el exterior crea una experiencia habitacional en la que la arquitectura se convierte en una extensión de la naturaleza.

Dos casas del árbol de Woodnest, en las empinadas colinas boscosas que rodean el fiordo Hardangerfjord

Madera, tradición, integración

El material principal del proyecto es la madera, un homenaje a las tradiciones culturales noruegas de la arquitectura vernácula. La estructura de la casita está sostenida por el tronco del árbol, creando una relación simbiótica entre la construcción y la naturaleza. El revestimiento exterior está compuesto por tejas de madera natural sin tratar, que forman una piel protectora alrededor del edificio. Con el paso del tiempo, la exposición a los agentes atmosféricos transformará estas tejas, permitiendo que el edificio se mimetice perfectamente en el bosque circundante.

Dos casas del árbol de Woodnest, en las empinadas colinas boscosas que rodean el fiordo Hardangerfjord

Redescubrir la naturaleza a través de la arquitectura

Woodnest es un proyecto que invita a detener el tiempo, a redescubrir la belleza de la naturaleza y a apreciar sus detalles. Aquí, la arquitectura no es solo un refugio, sino una herramienta para conectarse con el ritmo diario del bosque, la textura de la madera, el cambio de las estaciones y la sensación única de habitar en la naturaleza sintiéndose parte de ella. Esta experiencia arquitectónica, nacida del equilibrio entre diseño, sostenibilidad y paisaje, ofrece una oportunidad para sumergirse en un mundo donde la esencia de habitar está definida por la relación armoniosa con el entorno.

Galeria